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La partida de un inmortal

Autor de Conversación en La Catedral y La Casa Verde falleció a los 89 años en Lima. Será despedido por su círculo más cercano, informaron sus hijos.

Ha muerto Vargas Llosa y el Perú se ha vuelto un poco más gris. Ya no es solo la avenida Tacna, es todo un país. ¿Será el cielo que sintió Zavalita en Conversación en La Catedral? Una Lima sin amor: automóviles, edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la neblina, el mediodía gris.

Vargas Llosa se nos ha muerto un poco a todos y no es una ficción. El creador de mil vidas acaba de perder la suya dejando a su universo desconsolado. Es cierto que la obra de los escritores le sobreviven (si no que lo digan el Poeta, Zavalita, Ricardo Somocurcio, la niña mala, Pantaleón Pantoja, Urania Cabral, ‘El Chivo’ Rafael Trujillo), pero este país ya se había acostumbrado tanto a leer, ver y a escuchar tanto a su escritor que los días venideros serán sumamente melancólicos. El tránsito del “es” al “fue” será un amargo ejercicio ortográfico.

El escritor partió un Domingo de Ramos. Así lo informaron sus hijos Álvaro, Gonzalo y Morgana en un comunicado donde dejaron en claro que no habrá ceremonia pública y que sus restos serán incinerados. “Gozó de una vida larga, múltiple y fructífera”, continuaron, y resaltaron que procederán según las instrucciones que el propio escritor dejó. Y es que Mario, quien vivió una vida intensa y a su gusto, se dio el trabajo de pensar hasta en los días que le seguirían a su muerte.